¿Qué es y por qué Crossfit?

Echando la vista atrás, no son pocos los deportes que he practicado. Balonmano, baloncesto, pesas en el gimnasio, boxeo, capoeira, spinning, running… Incluso alguna clase suelta de budo taijutsu. Todos los deportes que he practicado me han aportado una de estas dos motivaciones básicas: diversión o mejor forma física (ya sea por perder grasa, ganar músculo o ambas a la vez).

El hecho de que este se llame “Mi último intento de blog” denota que me suelo aburrir de según qué proyectos, lo que hace que acabe tirando la toalla, tal y como ya expliqué en mi primera entrada allá por el mes de diciembre. Exceptuando el caso del balonmano (donde la culpable fue una lesión), en el resto de deportes han sido la monotonía y el aburrimiento los que me han hecho abandonar tarde o temprano.

Con el cambio de año, y dentro de mis propósitos de año nuevo, me propuse encontrar algún deporte que me permitiera satisfacer mis dos motivaciones, es decir, mejorar mi forma física a la vez que me divertía. Y fue entonces, cuando me planteaba unirme a un gimnasio de los de toda la vida con amigos, cuando llegó a mis oídos la palabra Crossfit por primera vez. Y ahí me hice la pregunta lógica:

¿Qué es el Crossfit?

Me informé y, al parecer, el Crossfit era, ante todo, un deporte bastante intenso que no era demasiado barato practicar. Mal vamos.

Todos conocen el camino, pocos realmente lo andan.

Me puse a mirar de qué iba y vi que conllevaba levantamiento de pesas y otros ejercicios menos convencionales. Algo así como ir al gimnasio, pero mucho más duro. Fue entonces cuando, sin saber muy bien por qué y no sin cierto recelo, me planté en un gimnasio de Crossfit cercano a mi trabajo para ver en mis propias carnes de qué iba la cosa.

El Crossfit nació hace doce años en los Estados Unidos como un método de entrenamiento para la policía de California y en él se ejercitan, por ejemplo, la fuerza, la flexibilidad, la resistencia cardio-respiratoria, la potencia, la velocidad o la agilidad.

Para haceros una idea, comentar que los actores de la película 300 se sirvieron de este tipo de entrenamiento para conseguir lucir abdominales mientras defendían Esparta de la invasión de Rodrigo Santoro. Claro está que antes de la película seguramente no estaban demasiado gordos, pero seguro que el Crossfit ayudó.

Tras más de medio año, puedo decir que el Crossfit es capaz de proporcionar diversión y mejoría en la forma física, compensando el sobreprecio respecto a un gimnasio normal hasta tal nivel que no creo que pueda volver a «hacer pesas» después de haber hecho Crossfit. Y ahora es cuando cabe preguntarse el porqué de esta afirmación.

¿Por qué Crossfit?

• Guiado por un entrenador: el Crossfit puede ser complicado al principio, con nombres a los que no se está acostumbrado (y más si, como es mi caso, lo practicas en un país donde no se habla tu idioma) y movimientos que se han de entrenar, pero el hecho de que se practique en grupos reducidos (en mi gimnasio, de no más de doce personas) y bajo la constante supervisión de un entrenador, facilita mucho las cosas.

• Buen ambiente: esto también tiene que ver con el hecho de que se practique en grupos reducidos. Haciendo pesas en un gimnasio normal no es frecuente entablar conversación con esas personas con las que pugnas por pillar una máquina. En el Crossfit se llega a generar verdadero compañerismo y camaradería que va mucho más allá del “¿has acabado con esta máquina?”.

• No es monótono: el entrenamiento tiene esencialmente dos partes. En la primera de ella, se practica un ejercicio, ya sea para mejorar la técnica o la fuerza (puede ser haciendo remontadas, flexiones, sentadillas, levantamiento de barra…). La segunda parte, la principal, combina varios ejercicios en el WOD (work-out of the day, o entrenamiento del día), es la parte más dura del entrenamiento. Cada día el entrenador cambia el entrenamiento, por lo que no se tiene ese pensamiento de “Hoy es lunes, me toca hacer bíceps”.

• El espejo: y hablo del espejo porque es donde principalmente se nota la mejoría en la forma física. Se pierde mucha grasa corporal (Jason Statham dijo haber perdido gracias al Crossfit 8 kilos en seis semanas allá por el 2007), pero no se nota en la báscula debido al aumento de la masa muscular, que es bastante superior.

• Explorar los límites: cada día es una nueva oportunidad para superarse a uno mismo. Pero ¡ojo! Tampoco hay que hacer el animal y ejercitarse hasta la extenuación. Hay que andarse con cuidado porque se ha registrado algún caso de rabdomiólisis por entrenar demasiado duro. No estoy diciendo que el Crossfit sea malo para la salud, sólo que hay que hacerlo con un poco de sentido común (y, sobre todo, bajo la supervisión de un entrenador titulado).

• Cualquier persona puede practicarlo: en ese sentido, no hay excusa para no practicar Crossfit. Se puede ser un tirillas y hacer Crossfit en el mismo gimnasio que Mister Olimpia, basta con adaptar el peso que se coge y el esfuerzo que se hace a la forma física de cada uno. Además, Mister Olimpia no experimentará demasiados cambios fruto del ejercicio, pero el tirillas verá cómo su condición física no deja de mejorar a medida que entrena.

• Autoestima y confianza: como con cualquier otro deporte, al notar los efectos del Crossfit uno se siente mejor consigo mismo y más capacitado para afrontar retos, incluso fuera del gimnasio (no olvidemos que en al practicar Crossfit uno ya se acostumbra a explorar sus propios límites y hacer cosas que varias semanas atrás habría pensado imposibles).

• Te puedes hacer el interesante: una vez leí que cuanto menos entiende la gente lo que dices, más inteligente les pareces. Diciendo que practicas Crossfit tendrás ocasión de explicar chorrocientasmil veces qué es el Crossfit. O, si tienes un blog, directamente puedes dedicarle una entrada. Pero para esto te has de dar prisa; el Crossfit se está expandiendo a la velocidad de la luz y pronto será mainstream.